El reloj marca las 12, tic tac, siguen sonando las agujas interminablemente en mi cabeza, los segundos no paran de pasar, la aguja no se detiende, el tiempo esta pasando y noto como se desvanece mi vida, cae sangre en forma de gotas sobre el parce, noto el corazón humedo y me estremezco una vez más, a lo lejos puedo ver una lapida con mi nombre, estoy quieta en la oscuridad, encadenada, aprisionada a este pozo sin fondo, ya no creo que valla a salir de aquí, a si que solo pido que tu recuerdo, que es el que me mantiene viva, no me mande directa al exilio.
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