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Cordoba, Andalucía , Spain

viernes, 31 de mayo de 2013

Algún día, acabare con todo, algún día, romperé barreras, algún día, me iré.

Hoy es hoy.

- Ya no eres como antes.. + ¿Antes? Antes era antes, y ahora es ahora, el tiempo pasa, y yo tengo que cambiar, no me voy a quedar siendo una niña toda la vida ¿no crees? ¿no crees que con todo lo que ha pasado era momento de cambiar? Si te gusta mas como era antes, dejame, y vete con mi yo del ayer, pero si de verdad me quieres, que se note, quiéreme por como soy hoy, no por como fui ayer. - El se acercó, la atrajo a su lado, y la beso profundamente. -Te quiero.

Mérida McCartney

Pasaban las horas, quizá ya casi fuera a amanecer , no sabia cuanto tiempo llevaba andando, ni donde estaba, pero tampoco me importaba, porque no venia a lo lejos nada que me avisara de nuevas tierras. El frío hizo que tuviera que meter las manos en los bolsillos de mis pantalones, que estaban aun mas fríos. Paré varias veces a intentar hacer autostop, aunque a estas horas de la noche era un poco peligroso, por las caras de algunos de los conductores al verme, sabia que no querían llevarme, y posiblemente ellos sabían que no era seguro llevarme.
-Jodidos.- pensé en voz alta. Por fin, llegue a un pequeño pueblo, si es que a eso se le podía llamar así, estaba muy alejado de donde procedía, por la posición del sol diría que estábamos a las 4 de la tarde, el calor pegajoso me agobiaba, me quemaba por dentro; intenté dislumbrar una pequeña sombra aunque fuera para poder calmarme. Aquello estaba totalmente desierto, me parecía raro encontrar un sitio así en la América Norte de ahora, normalmente por estas fechas solía llover, pero aquí no había ni rastro de una gota; anduve cansada por unos anchos caminos de tierra mas seca, que me guiaron hasta un conjunto de chabolas, aceleré el paso, por lo menos para resguardarme aunque fueran segundos, en las sombras de viejos robles que daban un tono lúgubre a aquel sitio. Me adentré, pasando frente a aquellas casas, varios niños que jugaban con una pelota, se me quedaron mirando, haciendo una pausa en sus juegos infantiles, a uno de ellos se le escapo el juguete mientras se lo pasaba a su compañero que estaba anonado mirándome, como si fuera un bicho, o peor, un mounstro.
Paré la pelota a mis pies y se la pasé a un chico de piel aceitunada, con ojos verdes, y pelo castaño; el pequeño se agachó a cogerla con las manos y me sonrió, "gracias" me dijo, yo le respondí con una afable sonrisas, de esas que no me salían a menudo, a no ser que fingiera, y que conste, que yo no era de las que solía fingir. Aproveche ese momento para preguntar a los pequeños que donde me encontraba, el chico de no mas de 7 años movió varias veces los ojos de un lado a otro con aire dubitativo, a los 2 minutos al fin decidió a contestar, "La ladera de la muerte"

Fallout

Y sin un Dios en el que creer, la humanidad volvió a resurgir de sus cenizas, soportando al mayor enemigo posible; la radiación nuclear. Mas esta no es si no otra página en el gran libro de la historia de la ambición humana por alcanzar su autodestrucción, pues asi como el hombre, la guerra... no cambia nunca.

The fall of Max Payne 2.

El pasado es como un rompecabezas,como un espejo roto. A medida que lo vas recomponiendo te cortas, y tu imagen no deja de cambiar, y tu cambias también.

23 for ever.

Tu y yo, juntos, tu y yo, uno, tu y yo, nosotros, no quiero nada mas que eso, tu mio, yo tuya, y de nadie mas, tus problemas, mis problemas, mis preocupaciones, tus preocupaciones, tu, mi único pensamiento del día, tu, al único al que necesito conmigo, el único hombre que quiero que me apoye, que me haga, reír, que me abrace, que me saque sonrisas con besos con sabor a cosquillas, que me acaricie, que se duerma a mi lado, que me proteja, que me quiera, que me ame, como lo haces tu ahora, que me alegras el día con tus "Buenos días princesa, te quiero" Quiero que seas tu el único que permanezca aquí conmigo,cuando el tiempo pase, y lo derrumbe todo. Quiero que seas tu, mi familia, mi amigo, pero no un amigo cualquiera, mi mejor amigo, ese que se quede por siempre conmigo, quiero que seas mi compañero, mi novio, mi amante en esas noches de pasión, mi marido, mi vida entera. Porque no te quiero, te amo. Y quiero solo un futuro junto a TI.

jueves, 30 de mayo de 2013

Tu y yo.

Esta noche, tu y yo mojaremos las sabanas de placer.

Mérida McCartney

Después de recorrer las calles de Seatlle con tremendo sigilo, llegué al lugar donde me había hospedado, un lugar al que llegué a llamar hogar demasiado pronto. Los últimos coches de patrulla que intentaban dar con alguna pista sobre mi, estaban despejando ya el camino, mientras los arboles se cubrían de una espesa bruma negra, la noche hacía visibles las luces que provenían de viejas farolas derrotadas por el peso del polvo que las cubría. No entendía nada, si Kate me había dicho que la ley sabia por donde había pisado y no quería cuentas conmigo ¿por qué me buscaban? ¿por qué ahora? ¿acaso era una trapa de Left? ¿o de Kate? Me dispuse a entrar en la cautelosamente en la casa, no quería que Left se diese cuenta de mi presencia, y mas en ese momento. Levante una ventana y me colé por el estrecho hueco, se notaba que Kate no estaba, aquello estaba demasiado oscuro y sucio. Con lo maniática que es, se notaba que no había vuelto, lo que mas raro aun me parecía, ¿donde andaba a estas horas? Pasé al salón, todo estaba revuelto, no mucho, pero suficiente como para saber que algo había pasado, ¿alguna pelea entre ellos? Tampoco me interesaba a estas alturas, abrí la puerta de mi cuarto y recogía las pocas pertenencias que tenia, un cuadro de mis padres, mis dos gemelas, y una mochila con algo de agua, comida, y crema. En este lugar nunca sabes lo que te vas a encontrar y menos en un bosque. En algún momento podías ser victima de un ataque de mosquitos, y no era de lo mas emocionante para alguien que es alérgico a ellos. Pensé varias veces en coger todos los folios con informes de casos, y victimas; me parecía demasiado pesado para cargar con eso, y si los perdías, estaba muerta, pero los necesitaba, eso era verdad. Así que rellene el poco espacio de la mochila con la carpeta roja, me tendría que aguantar. Al acercarme a la ventana de nuevo y mirar que nadie merodeaba por allí, pensé en dejar algo, una nota, o algo tirado que avisara de mi presencia, pero lo segundo no serviría de mucho en comparación a como estaba la casa esa noche, me sentí culpable a la vez, algo que pocas había sentido, ya que en mi labor, no se me podía permitir sentir ciertos sentimientos, o tal vez expresarlos, pero en aquel momento, me sentía mas humana que en cualquier otro momento. Mire de nuevo a la ventana, la noche oscura, y posiblemente fría me decían que seria algo corta como para huir, así que decidí no darle mas vueltas y cerré la ventana fuera, a mis espaldas. Alejándome de allí, sentí varias veces un nudo en la garganta, no podía dejar de pensar en que Kate, en el fondo, para mi ha sido como la madre que siempre me ha faltado, aunque claro, el lugar de mi verdadera madre nadie lo podrá ocupar, ella se acerca de todos modos. No la conocía a decir verdad, nunca me preocupe demasiado por acercarme a Kate, y tampoco a Left, supongo que ahora me arrepiento, porque casi 18 años de tu vida con una familia, son una perdida de tiempo si no te acercas a ellos, aunque yo tampoco quise adentrarme mucho en su circulo, solo por el daño que podría causarles a ellos, o a mi misma si les cogía demasiado cariño, y llegaban a sufrir por mi estúpida culpa. De repente el remordimiento hizo que me acordara de una cosa, volví de nuevo al lugar donde viví mis últimos meses y deje las llaves debajo de la maceta, así eran lo suficiente visibles para ellos. Eso serviría como nota de despedida.