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miércoles, 15 de julio de 2015

Veintitrés maneras de recordarte a solas.

Numero 5: Días de lluvia.


Marqué en el calendario la noche en que te fuiste.

Pero solo era una farsa.

Tu ya habías emigrado mucho antes.

Solo te faltaba deshacer las maletas
cerca de otra cama.

21 poemas escritos al azar y
lo demás prefiero guardarlo
debajo de esta puta coraza que pica.

Que picas.

Por si quieres volver y quitármela.

A besos

O a palos.

sábado, 7 de febrero de 2015

¿Estamos en un sueño?

Tire de su brazo suplicando que corriera, las piernas le fallaban y mis fuerzas flaqueaban, pero el increíble estruendo que nos envolvía le devolvió la cordura necesaria para saber que estaba haciendo.
Corríamos mientras algunos edificios caían detrás nuestra y caíamos en unos nuevos que sin poder creérmelo se elevaban.

Al fondo de la planta alta de aquel edificio que pisábamos y pronto sucumbiría como toda la ciudad, pude divisar un pequeño agujero que a simple vista no se identificaba, pero que yo recordaba de todos mis sueños.
Hice todo lo que pude por tirar de el que era mi acompañante y adelantarlo para que así entrara primero mientras yo caía al suelo.
El gritaba mi nombre al verme, me levante y tire de todo mi cuerpo para entrar junto a el, intento protegerme.
No queríamos mirar detrás nuestra por si todo lo que conocíamos estaba ardiendo, creo que solo teníamos miedo de arder nosotros también.

martes, 27 de enero de 2015

Deserve (Pag 6)

Aunque ya era mediodía, el cielo lucia gris, casi negro para ser exacta, posiblemente era señal de que habría tormenta, y la idea solo me agradaba cuando estaba en casa metida en la cama.
Sin embargo, me encontraba a 30 minutos de mi casa, tirando mis pesadillas envueltas en piedras al río.
Mirando al cielo oscuro, volví sobre mis pasos cuando empezaron a caer algunas diminutas gotas.
Mientras mas aligeraba mis piernas, mas parecía llover.
No habrían pasado mas de 5 minutos cuando ya me encontraba totalmente empapada, y no sabia si era del agua o de mi propio sudor; lo único que en ese momento podía pensar era que llegaría a casa completamente descompuesta y con los huesos entumecidos, capaz de mantenerme en pie.
Como poco cogería un resfriado de los que duran semanas.
Pero claro, lo peor no seria eso, si no aguantar semanas en estado de descomposición en mi propia cama mientras escuchaba los lamentos de mis padres.

- Oye chica ¿por qué no subes? Vas a acabar empapada. - Miré hacia mi lado izquierdo, rebajé mis pasos y me coloqué a la misma velocidad del coche que misteriosamente había aparecido.

- ¿De donde habría salido? - Creo que estaba tan sumergida en mis cosas que ni si quiera escuche como se acercaba aquel motor tan ruidoso que apenas dejaba oír la voz del señor.

El volante era manejado a manos de un hombre mayor, pero quizá no llegaba a los 80 años de edad.
Detrás pude entrever una figura, pero no podría deducir de que sexo era, puesto que el gorro de una sudadera le tapaba la cara.

El acontecimiento en aquel mismo momento no me hacia confiar, un coche que no sabia de donde había salido, y dos personas, las cuales estaba segura de no haber visto en mi vida. Un hombre mayor con cara apacible y amable conduciendo y detrás alguien sin identificación que no se dignaba si quiera a dejarse ver.

- Oye, ¿Vas a subir? - El hombre sin perder su sonrisa afable, insistió, pero yo seguí inmóvil en el asfalto, empapándome.

De pronto algo tiro de mi y me subio al asiento trasero del coche en segundos.

- ¿Donde vives? - me pregunto la voz proveniente de la capucha. Una voz masculina, fría y con apariencia oscura.
- En la calle del Este Sur, cerca de la plaza de las estatuas de Tyr. - Dije con voz temblorosa y entrecortada.
- Disculpa a mi nieto, se ha despertado un poco pronto para ayudarme y eso no le ha sentado demasiado bien. - Me contestó el señor.








domingo, 4 de enero de 2015

Deserve (pag 5)

Abrí los ojos con dificultad, estaba comenzando a amanecer y mi estómago rugía como consecuencia de no haber cenado la noche anterior.
Llevaba sin probar bocado desde el mediodía del anterior día, y estaba pasando factura. Me revolví y desperezé en la cama.
Los lados que no podía cubrir mi pequeño cuerpo estaban fríos, demasiado, me acurruqué en mi misma formando un ovillo con las mantas que tenia.
Ya no podía dormir; mi estómago no paraba de gritarme para que sucumbiera aquel dolor que mis tripas provocaban, pero a la vez una espesa bola se estaba formando en mi garganta impidiendo si quiera pensar en la ingesta de algún alimento.
Todavía seguía dando vueltas a la charla tan extraña de la noche pasada, ni si quiera sabia como debía pensar, quizá sacarlo de mi mente era lo más correcto pero ¿como?
La curiosidad seguía apoderándose de mi y necesitaba un método para frenarla antes de que fuese algo imposible.

En mi cabeza se instauró una lucha que debatía si intentar levantarme de la cama y despejarme o buscar una solución.
Aunque también intenté dormir un poco mas para posponer el nuevo reto que había surgido; es lo que siempre hago cuando tengo problemas, ya sea conmigo o con el mundo exterior. No era la mejor manera de afrontar mis propias dificultades, pero al menos las apaciguaba hasta que volvían a llamar a mi puerta.
Habían pasado cerca de dos horas desde que me desperté hasta que termine de atar los cordones de mis zapatillas negras.

Antes de salir tome un vaso de agua para aguantar un poco mas sin comer.
A veces me entraba un sentimiento de asco y repugnancia hacia la comida, se me cerraba el estómago completamente aunque necesitara comer, pero nunca me preocupé mucho.
Salí y guarde mis llaves en la chaqueta azul oscuro que me regalo una amiga de mi madre en mi cumpleaños.
Saque un mp3 viejo y desgastado y pulse el play.
La musica ha sido uno de mis mayores placeres desde que tengo uso de razón, poseo de tantas melodías y canciones que suelo sorprenderme cuando aleatoriamente comienza alguna que no sabía ni que tenía.
Aun así, desde hace tiempo elijo con cautela el que será mi acompañante durante mis paseos, como es la música instrumental.

Me resulta extraño el sentimiento de renegar y aborrecer todo lo que conozco o incluso lo que hace que me sienta viva. Buscándome, encuentro días en los que no hago más que estar tirada en mi cama, maldiciendo el encontrarme ante esa situación que solo me genera estrés.
Me siento mal, pero no quiero ningún alivio. Y lloro.
Me hundo en mi, siento mi peso y no me importa desbordarme.
Y entonces me doy cuenta de que temo toparme con mis sentimientos cara a cara.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Deserve (pag 4)

Abrí la puerta de casa, saludé a mi madre que parecía cabizbaja, como siempre, y evite los terribles gritos de mi padre.

Entre en mi habitación, cerré la puerta tras de mi y me apoye sobre ella, dejando caer el peso de mi cuerpo, resoplé y saque el papel de mi bolsillo derecho con cautela, para no tener el descuido de desgarrarlo aun mas.
Pensé que era una broma, un anuncio evidentemente falso, con un falso numero de teléfono, letras falsas.
Esto no podía existir.

Por curiosidad, agarre mi teléfono móvil mientras sujetaba con la otra mano el papel, y marqué el numero escrito. Tenia demasiada curiosidad si, necesitaba destapar todo ese misterio, o sentirme engañada porque solo era una idea absurda que algunos críos se habrían entretenido en hacer.

Pero nadie respondió.
Quizá tenían la linea saturada de idiotas que tienen tanta curiosidad como yo; o quizá es que yo soy la idiota suprema y esto no es mas que una pantomima que yo misma me había limitado a creer.
Insistí nuevamente, teniendo esperanza de que todo aquello era real y yo no me lo estaba imaginando; al tercer toque me despegué el teléfono para ponerle fin a mi llamada cuando de repente escuché un delicado hilo de voz que provenía de mi celular.
No se cuanto tiempo estuve parada, como petrificada y cuando me di cuenta acerqué la voz a mi cara y hablé:

- ¿Hola?
+ Disculpe la demora, dígame.
- Buenas tardes..me gustaría preguntar acerca de un anuncio que hace referencia a este numero de teléfono. - Estaba nerviosa, sentía que me estaba metiendo en un oscuro lugar.
+ ¿Donde has encontrado el anuncio? - El hombre cambió repentinamente su tono de voz por uno mas preocupado e incluso hostil. - Fue entonces cuando me di cuenta de que no debería de haber llamado.
- Estaba en la calle, tirado en el suelo ¿ocurre algo?
+ No nada, tranquila, ¿y para que has llamado?
- Me gustaría..informarme. Solo tenia curiosidad por saber si era una broma o esto,,era real.
+ Señorita, hace mucho tiempo que se realizo ese anuncio, tanto que yo ya ni dispongo del cargo que representaba en esa empresa; aun así estoy al corriente de todo desde fuera, y déjeme decirle algo; eso no es un juego, es algo mucho mas grande, mucho mas peligroso.
- Pero ¿es real?
+ Por supuesto que es real. - Noté como pareció ofenderle mi duda.
- Pero, en el anuncio se habla de "entrar" en un juego, formar parte de el y llegar hasta una meta.
+ Toda la información está en el papel.
- Pero, eso tiene consecuencias para..
+ Si quiere saber mas tendrás que alistarte.
- Pero yo solo quiero saber..
+ Las personas que llamaron al igual que tu, lo hicieron porque no tenían nada que perder, no por mera curiosidad. Te estarán esperando si decides ir. - Colgó.


¿Nada que perder?
¿Acaso yo tenia algo que perder ahora? ¿Que quería decir?
Todo lo que tenia que ver con esa llamada causaba curiosidad y a la vez temor en mi.
Pero ¿y si resultaba ser una vía de escape a toda mi vida?

domingo, 31 de agosto de 2014

Deserve (pag.3)

Cuándo temía que mis lágrimas iban a desbordarse, respiré, guarde la foto en el bolsillo de mi chaqueta negra y me levante.

Anduve hasta llegar a calles que desconocía, me dejaba llevar sabiendo que si miraba hacia atrás probablemente acabaría mas pérdida aún.
Era raro que nunca hubiese escuchado hablar de calles estrechas y oscuras por donde el frío se filtraba en cada recoveco del cuerpo.
Aunque parecía escenario de película de terror, era relajante. No parecía Agals, la pequeña ciudad donde vivía. Si no un lugar perdido.

Metí mis manos en los bolsillos y las arrugue. El frío empezaba a calarme y ya era hora de volver a la ruina de casa, en la que vivía con mi ruina de familia. De sólo pensar que volvería pasar una noche con todos esos monstruos me desmoronaba. Y de echo. Yo era el peor de mis monstruos.
Gire a la izquierda por una calle que ascendía, llena de viejos carteles casi ilegibles por el paso del tiempo y todo lo que ello conllevaba.
La calle estaba aun mas solitaria que la anterior, solo que esta no era habitada por personas mayores que no estaban dispuestas a salir a aquellas horas por miedo a si ocurriera alguna desgracia.

La calle solo dejaba ver ventanas tapiadas, puertas rotas. Signos de un barrio marginal del cual habían echado a todos sus huéspedes o al menos lo habían intentado.
Trague saliva pensando que alguna persona mal viviría en aquel lugar al acecho de que alguien tan sumamente inocente e ingenua como yo pasara.
Acelere el paso, mirando hacia todos lados.
De repente escuche unos pasos detrás mía, no sabia si acelerar aun más hasta desgastar mis zapatos sobre la dura piedra deforme del suelo o paralizarme y descubrir que quizá aquel ruido era más que una falsa alarma de mi imaginación agitada.

Pare en seco tras unos segundos mas escapando del miedo y me gire sin dudarlo. No había nadie.
Pero mi vista no vislumbró primero que no había nadie, si no un gran cartel lleno de colores, parecía que acababan de colocarlo.
Me acerque poco a poco hasta quedar frente a el.
Anunciaba la llegada de un circo, de un gran circo.
Odiaba esas cosas.
Pensé rápidamente en seguir mi camino, y bajo mis pies se posó un papel mojado, un pequeño papel en blanco, con letras negras, un formato bastante normal.
' No se habían molestado demasiado en hacer aquel anuncio ' pensé.
Pero aquel anunció me dejó boquiabierta.

domingo, 17 de agosto de 2014

Deserve (pag.2)

Caminar sola era uno de mis pasatiempos, y el único que podía practicar sin ser molestada.
Habían pasado al menos dos horas desde que salí de casa, estaba oscureciendo pero no tenía la mínima intención de volver a casa.

Me senté en un banco que daba entrada a una plaza con una figura abstracta en el medio con forma de 'A', (o al menos eso parecía para mi) la cual jamas me había preguntado por su significado.
El lugar era tranquilo, mas que nada por que no presenciaba a ningún individuo.
Volví a concentrarme en todo el lío que tenia en mi cabeza, y saque una foto.
Estaba arrugada y tenia un débil signo en la parte superior que me alertaba de que se rompería si no tenía cuidado.
Pero en aquel momento no sabia si prefería que la fotografía desapareciera entre el polvo, o quedara conmigo por la eternidad.

En la instantánea se me veía feliz. A mi y a el. El era Jack, o al menos era en la foto.
Jack y yo comenzamos a salir hace dos años atrás de todo esto.
Y tras varios problemas en la relación decidió ponerle fin a algo que yo intentaba poner arreglo siempre. Pero que ya estaba muerto.
¿Si le sigo queriendo después de todo?
Es algo que a veces me pregunto a mi misma. Me confundo. Me rabio. Pero se que le sigo queriendo.
Por desgracia para mi, me enamoré.
Y a raíz de todo esto fue cuando empezaron a agrandecerse mis problemas.