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Cordoba, Andalucía , Spain

domingo, 25 de noviembre de 2012

Mérida McCartney.

-¿Tienes algo que decir en cuanto a esto?
-Cállate. No tengo ganas de discutir y mucho menos contigo.
-Era de esperar.
-¿Era de esperar? ¿Enserio Left? ¿Y si lo era para que cojones me acoges con tu familia? ¿ Querías ver hasta que punto podía mantener a salvo a alguien no? porque si es eso ya lo estas viendo, pero yo te avise que lo sepas, ahora no me vengas con estas, huye, ahora es tu oportunidad todo el mundo lo hace, todos los cobardes lo hacen, aquí todos tiráis la piedra y escondéis la mano ¿me vas a decir que es mentira? tanto que me contabas sobre mi padre, que aprendiste tanto de el, seguro que no era así, seguro que mi padre no era así Left, tu solo ponías la historia a tu manera, engañabas y sigues engañando, todos esos títulos que tienes en tu oficina no sirven de nada, ni si quiera te mereces el puesto de jefe de policía, eres otro miserable que busca solo el dinero. No se de que me sorprende.
-Tengo que alimentar a mi mujer y a mi hijo Merida.
-Ya lo sé. - dije levantándome del suelo de mi celda y gritando. - Ya lo sé joder, pero yo también soy de tu familia ¿no? o eso me dijiste ¿si me ibas a engañar para que me metes? ¿yo no entro en el trato? ¿o que? ahora por tu culpa están dando precio por mi cabeza Left.
-Merida, tenia que hacerlo, me estaban presionando..
-Presionando. ¿Y yo qué? ¿No he estado toda mi vida presionada? Tu vida es demasiado fácil Left ese es tu problema, que a ti las cosas no te han costado nada, venias de buena familia, te pagaron los estudios, claro como eras su único hijo es normal, tu no tenias que pensar todos los días en donde ibas a dormir, tenias casa propia, pero ¿yo que? Ahora bien, dime con que te han amenazado si no les decías donde estaba.
-...
-¡Vamos! ¿O es que ni si quieran te han amenazado? - Left dejo ver falsas lagrimas atravesando sus mejillas. -Eres un hijo de.. - me guardé mis palabras puesto que abrieron mi celda para sacarme.
-Venga tú.
-De tú nada, tengo un nombre.
 -Oh si por supuesto señorita, ¿quiere almorzar caviar o pato con caramelo? - los guardias comenzaron a reírse.
-Lo que quiero ahora mismo es pegarte un tiro en la nuca imbécil. - empuje a los dos hombres y salí corriendo de allí esquivando a todos los policías que me encontraba por la zona.
-Eh tú. - grito uno señalando hacia mi.
-Mierda, mierda - pensé, no tenia otra opción, tendría que esconderme, seguía corriendo sin saber donde meterme, con la adrenalina descargándose en mi pecho; corre corre me decían las piernas, abrí la primera puerta que encontré y mire donde estaba, era el cuarto de calderas, un buen lugar.
 -¿Donde se ha metido? - escuché fuera.
-Seguramente que ha sido aquí, dile a los demás que hagan grupos y se dispersen por todas las habitaciones. - Estaba bastante jodida.
-Este cuarto es pequeño, tu revisa los otros y yo entraré en este.
-Vale. - Bueno somos 1 contra 1, lo tengo mas fácil. El chico entró en la sala, era de mas o menos mi estatura, y no parecía muy fuerte, aunque mejor no descartar el que lo estuviera, miró detrás de las calderas, se adentro un poco mas en la habitación y esa fue mi oportunidad; cerré la puerta a mis espaldas, el se giro pero no se inmutó, lo que me sorprendió bastante, su mirada era fría.
-¿Vas a estar así mucho rato? - me pregunto.
-¿A que viene eso?
-No se, tu sabrás, me estas mirando.
-Eres muy descarado y maleducado ¿no te han dicho nunca que a las señoritas no se les habla así?
-Me lo han mencionado, pero usted no me ha demostrado ser una señorita.
-Am ¿no? ¿y como se lo tengo que demostrar? -dije mojándome los labios y acercándome mas a el.
-Podríamos hacer un pacto. - dijo sonriéndome.
-¿Por ejemplo? Tu intentas escapar y yo te mato. - le susurré lentamente.
-¿Como? - me alejé y le propiné un puñetazo en el abdomen, lo que hizo que pudiera quitarle el arma, este se quedó tumbado en el suelo, intentando coger aire.
 -Lo siento mucho, pero no me van muy descarados. - Fue probablemente lo ultimo que recordará de mi, ya que hundí la pistola en una parte cerrada del cuello que hizo que quedara inconsciente. Le quité la ropa y me vestí, me estaba un poco grande, pero intente remangar me y salir aireosa de allí. Ya casi estaba cerca de la puerta, el traje desviaba la mirada de mis supuestos compañeros y por suerte no me encontré con Left; todo sin planearlo. "En verdad las mejores cosas salen sin planearlas" según decía mi madre, y así es. Conforme pasaba la calle, me iba encontrando de todo, carteles con mi cara, se busca viva o muerta y varios mas. Eso de viva o muerta no se lo creían ni ellos, pero ahora no eran maneras de pensar en eso, tenia que encontrar a una persona y darle caza de una vez. Vladimir.